Que es robo ingeniería social informática

Que es robo ingeniería social informática

La ingeniería social en el ámbito de la informática es una técnica utilizada por ciberdelincuentes para engañar a los usuarios y obtener información sensible, accesos privilegiados o incluso dinero. Este término, aunque puede sonar técnico, se refiere en esencia a manipular a las personas para que revelen datos o cumplan acciones que comprometan la seguridad de un sistema o red. En este artículo exploraremos en profundidad qué es la ingeniería social, cómo funciona, ejemplos reales y cómo protegerse de esta amenaza cada vez más común en el mundo digital.

¿Qué es la ingeniería social informática?

La ingeniería social informática es una táctica de ciberseguridad que no se basa en la explotación de vulnerabilidades técnicas, sino en la psicología humana. Se trata de manipular a los usuarios para que revelen contraseñas, credenciales, información corporativa o incluso dinero. Los atacantes utilizan métodos como phishing por correo electrónico, suplantación de identidad, llamadas engañosas o incluso presencia física para lograr sus objetivos. La clave de esta técnica es aprovechar la confianza, el miedo o la urgencia de la víctima.

Un dato interesante es que, según estudios de la industria de ciberseguridad, el 95% de los ciberataques exitosos tienen como punto de entrada a un usuario manipulado. Esto refuerza la importancia de la educación en ciberseguridad no solo a nivel técnico, sino también a nivel humano.

La ingeniería social no siempre requiere conocimientos avanzados de informática. De hecho, muchas veces basta con un buen disfraz, una llamada bien realizada o un mensaje de correo bien redactado para lograr el objetivo. Por ejemplo, un atacante puede enviar un correo que parece provenir del banco de la víctima, solicitando su número de cuenta y clave de acceso. La víctima, al creer que se trata de un mensaje legítimo, puede facilitar la información sin darse cuenta de que está siendo víctima de un engaño.

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Cómo funciona la ingeniería social en el entorno digital

La ingeniería social informática se sustenta en la capacidad de los atacantes para estudiar y entender el comportamiento humano. Para lograrlo, suelen investigar a sus víctimas previamente, recolectando información a través de redes sociales, sitios web, correos electrónicos, o incluso observando patrones de comportamiento en espacios públicos o privados. Esta información se utiliza para construir una historia creíble que justifique la petición de datos o acciones.

Por ejemplo, un atacante puede investigar en LinkedIn el rol de un empleado en una empresa, y luego enviarle un correo con información específica sobre su trabajo, creando la ilusión de que el mensaje proviene de un contacto legítimo. Este tipo de ataque, conocido como spear phishing, es especialmente efectivo porque se personaliza para cada víctima, aumentando las probabilidades de éxito.

El proceso típico de un ataque de ingeniería social incluye varias etapas: investigación, contacto, manipulación y ejecución. En la investigación, el atacante busca información sobre la víctima. En el contacto, se establece una comunicación inicial para ganar confianza. En la manipulación, se induce a la víctima a revelar información o tomar una acción. Finalmente, en la ejecución, se obtiene el objetivo del ataque, ya sea dinero, acceso a sistemas o datos sensibles.

Formas menos conocidas de ingeniería social

Además de los ataques virtuales, existen formas de ingeniería social que se desarrollan en el mundo físico. Un ejemplo es el tailgating, en el que una persona se aprovecha de la credulidad de otra para acceder a un espacio restringido, como un edificio corporativo. Otro método es el uso de dispositivos USB infectados, que se dejan en oficinas con la esperanza de que alguien los conecte a su computadora, dando acceso a los atacantes.

También existe el ataque de fisheye, en el que los ciberdelincuentes usan cámaras ocultas o escuchas para obtener información confidencial. En otros casos, se utilizan llamadas a números de soporte técnico falsos, donde el atacante se hace pasar por un técnico autorizado y solicita credenciales o información sensible.

Ejemplos reales de ingeniería social en informática

Un ejemplo clásico es el ataque que sufrió la empresa RSA en 2011. Un atacante envió un correo electrónico a un empleado con un archivo adjunto que parecía inofensivo. Una vez abierto, el archivo instaló malware en la red de la empresa, lo que llevó al robo de información sensible. Este ataque se considera uno de los primeros grandes ejemplos de ingeniería social aplicada a nivel corporativo.

Otro caso es el de la estafas por WhatsApp, donde los atacantes se hacen pasar por familiares, amigos o servicios oficiales para solicitar dinero o información personal. En 2020, se reportaron miles de casos en todo el mundo, especialmente durante la pandemia, cuando muchas personas aumentaron su actividad digital.

También existen ejemplos de ingeniería social en el ámbito gubernamental. En 2016, un atacante logró acceder a los correos de un alto funcionario estadounidense mediante un correo que supuestamente requería una actualización de credenciales. Este tipo de ataque, conocido como phishing, es una de las formas más comunes de ingeniería social.

El concepto detrás de la ingeniería social

La ingeniería social se basa en el principio de que el ser humano es el eslabón más débil en la cadena de seguridad. A diferencia de las vulnerabilidades técnicas, que pueden ser parchadas con actualizaciones de software, las debilidades humanas requieren una educación constante y una cultura de seguridad sólida. La idea es que los atacantes no necesitan hackear un sistema si pueden convencer a una persona para que haga el trabajo por ellos.

Este concepto también se relaciona con el psicólogo Albert Bandura y su teoría de la observación social, que sugiere que las personas tienden a imitar comportamientos que observan en su entorno. En el contexto de la ingeniería social, esto significa que los usuarios pueden seguir instrucciones o acciones sin cuestionarlas, especialmente si parecen provenir de una autoridad o una figura de confianza.

La ingeniería social también se apoya en técnicas de persuasión como el principio de reciprocidad, el compromiso y la coherencia, y el aprobación social. Estos principios psicológicos son utilizados por los atacantes para manipular a las víctimas y conseguir sus objetivos.

Cinco ejemplos de ingeniería social en la vida cotidiana

  • Phishing por correo electrónico: Un mensaje falso que simula ser de un banco o servicio en línea, solicitando datos personales o contraseñas.
  • Smishing: Llamadas o mensajes de texto engañosos que intentan obtener información sensible mediante urgencias aparentes.
  • Vishing: Llamadas telefónicas donde se imita a un técnico de soporte para obtener credenciales o información.
  • Tailgating: Seguir a alguien para acceder a un lugar restringido, aprovechando la confianza en el protocolo de entrada.
  • Fishing en redes sociales: Crear perfiles falsos para manipular a personas y obtener información confidencial.

Ingeniería social: una amenaza que no distingue entre empresas o usuarios comunes

La ingeniería social no distingue entre empresas multinacionales y usuarios individuales. De hecho, muchas veces los atacantes prefieren atacar a usuarios individuales porque son más fáciles de manipular y tienen menos recursos de seguridad. Una persona común puede convertirse en el punto de entrada para atacar a su empresa, familia o incluso amigos.

Por ejemplo, un atacante puede enviar un correo a un usuario que parece provenir de su jefe, solicitando un depósito urgente de dinero a una cuenta determinada. Si el usuario lo hace, no solo pierde su dinero, sino que también compromete la seguridad de toda la empresa. Esto refuerza la idea de que la ciberseguridad no es solo responsabilidad de los equipos técnicos, sino de todos los usuarios.

Además, con el crecimiento de las redes sociales, las personas comparten información personal que puede ser utilizada por atacantes para construir perfiles y diseñar ataques más específicos. En muchos casos, una simple publicación de cumpleaños o lugar de trabajo puede ser suficiente para que un atacante logre su objetivo.

¿Para qué sirve la ingeniería social?

La ingeniería social tiene como finalidad principal obtener acceso a información o recursos que normalmente no deberían estar disponibles. Los atacantes utilizan esta técnica para robar contraseñas, credenciales bancarias, información corporativa, datos personales o incluso dinero. Aunque suena como una técnica negativa, también es utilizada por expertos en ciberseguridad para probar la seguridad de un sistema y detectar debilidades humanas.

Por ejemplo, un hacker ético puede realizar un ataque de ingeniería social para evaluar la capacidad de respuesta de un equipo de seguridad o la cultura de seguridad de una empresa. Este tipo de evaluación permite identificar puntos débiles y mejorar la protección contra ataques reales.

En resumen, la ingeniería social puede ser una herramienta útil para detectar vulnerabilidades, pero en manos equivocadas, se convierte en una amenaza seria para la seguridad digital.

Sinónimos y variantes del concepto de ingeniería social

Aunque el término más común es ingeniería social, existen otras formas de referirse a esta práctica. Algunos sinónimos incluyen ataques psicológicos, ataques basados en el usuario o ataques de manipulación humana. Cada uno de estos términos resalta un aspecto diferente de la técnica, desde su enfoque psicológico hasta su dependencia del comportamiento humano.

También se usan términos como phishing, smishing o vishing, que se refieren a formas específicas de ingeniería social según el canal de comunicación utilizado. Por ejemplo, el phishing se refiere a ataques por correo electrónico, el smishing a ataques por mensajes de texto, y el vishing a ataques por llamadas telefónicas.

Ingeniería social como herramienta de los ciberdelincuentes

Los ciberdelincuentes utilizan la ingeniería social para evitar la necesidad de encontrar vulnerabilidades técnicas en los sistemas. En lugar de buscar errores de programación o configuraciones mal hechas, se enfocan en las debilidades humanas. Esta táctica es particularmente efectiva en empresas donde los empleados no reciben capacitación adecuada sobre ciberseguridad.

Un ejemplo común es el uso de pretexting, donde un atacante inventa una historia creíble para justificar la petición de información. Por ejemplo, un supuesto técnico puede llamar a un empleado y decir que necesita su número de cuenta para resolver un problema con el sistema. Si el empleado no cuestiona la autenticidad del mensaje, puede facilitar información sensible sin darse cuenta.

El significado de la ingeniería social en el contexto de la ciberseguridad

La ingeniería social es una técnica que se utiliza tanto por atacantes como por expertos en seguridad para evaluar la resistencia de un sistema. En el contexto de la ciberseguridad, esta práctica resalta la importancia de la educación del usuario, ya que, sin una cultura de seguridad sólida, incluso los sistemas más protegidos pueden ser vulnerables.

La ingeniería social no es una amenaza nueva, pero ha ganado relevancia con el aumento del uso de internet y las redes sociales. En la década de 1990, Kevin Mitnick, uno de los piratas informáticos más famosos, utilizó técnicas de ingeniería social para obtener contraseñas y acceder a sistemas protegidos. Su caso fue uno de los primeros en demostrar que los seres humanos eran el eslabón más débil en la seguridad digital.

En la actualidad, muchas empresas contratan a hacker éticos para realizar pruebas de ingeniería social y evaluar la seguridad de su organización. Estas pruebas ayudan a identificar debilidades y a educar a los empleados sobre cómo reconocer y evitar ataques.

¿De dónde proviene el término ingeniería social?

El término ingeniería social fue acuñado por el ciberdelincuente Kevin Mitnick en los años 90, cuando usaba esta técnica para obtener acceso a sistemas informáticos. Mitnick no necesitaba encontrar errores técnicos en los sistemas, ya que se enfocaba en manipular a los usuarios para que le proporcionaran información sensible. Su caso fue uno de los primeros en ilustrar el poder de la ingeniería social como herramienta de ciberataque.

El concepto tiene paralelos con la ingeniería tradicional, en la que se diseñan soluciones técnicas para resolver problemas. En este caso, la ingeniería se aplica al comportamiento humano, diseñando tácticas para manipular a las personas y lograr un objetivo específico. Este enfoque psicológico y técnico lo convierte en una de las amenazas más sutiles y efectivas en el mundo de la ciberseguridad.

Más sinónimos y formas de referirse a la ingeniería social

Además de los ya mencionados, existen otros términos que se usan para describir la ingeniería social. Por ejemplo, ataque de confianza, ataque de manipulación, o ataque de persuasión son formas de referirse a esta práctica desde un enfoque más general. También se habla de ataques de engaño o ataques basados en el usuario, enfatizando la dependencia del ataque en el comportamiento humano.

En el ámbito académico, se habla de seguridad basada en el usuario o seguridad humana, refiriéndose a la necesidad de considerar las debilidades humanas en el diseño de sistemas seguros. Estos términos reflejan una evolución en la comprensión de la ciberseguridad, que ya no se limita a la protección de hardware o software, sino que también abarca la protección de los usuarios.

¿Cómo se diferencia la ingeniería social de otros tipos de ciberataques?

La ingeniería social se diferencia de otros tipos de ciberataques porque no se basa en la explotación de errores técnicos, sino en la manipulación de las personas. A diferencia de los virus, troyanos o ataques de denegación de servicio, que atacan directamente al sistema, la ingeniería social se enfoca en el usuario como el punto de entrada.

Por ejemplo, un ataque de malware busca inyectar código malicioso en un sistema, mientras que un ataque de ingeniería social busca convencer a un usuario para que realice una acción que comprometa la seguridad. Esta diferencia hace que la ingeniería social sea más difícil de detectar y de proteger, ya que no siempre implica una señal técnica clara.

A pesar de esta diferencia, es importante reconocer que la ingeniería social puede funcionar en conjunto con otros tipos de ciberataques. Por ejemplo, un atacante puede usar ingeniería social para obtener credenciales y luego usarlas para instalar malware o acceder a sistemas restringidos.

Cómo usar la ingeniería social y ejemplos prácticos

La ingeniería social se puede usar tanto con fines maliciosos como con fines éticos. Un ejemplo positivo es cuando una empresa contrata a un experto en ciberseguridad para realizar una simulación de ataque de ingeniería social. Este tipo de prueba permite identificar las debilidades de los empleados y mejorar la cultura de seguridad.

Un ejemplo práctico de uso ético es cuando un hacker ético llama a un empleado y se hace pasar por un técnico de soporte, solicitando su nombre de usuario y contraseña. Si el empleado lo proporciona, el hacker ético puede reportar esta vulnerabilidad a la empresa y ofrecer capacitación para evitar que suceda en el futuro.

Por otro lado, el uso malicioso de la ingeniería social puede incluir desde el robo de identidad hasta el acceso no autorizado a redes corporativas. Por ejemplo, un atacante puede enviar un correo electrónico con un enlace malicioso que parece provenir de un amigo, y una vez que el usuario lo abre, se instala un malware en su computadora.

Cómo prevenir y protegerse de la ingeniería social

La mejor forma de prevenir ataques de ingeniería social es mediante la educación y la cultura de seguridad. Los usuarios deben ser capacitados para identificar señales de alerta, como correos sospechosos, llamadas inesperadas o solicitudes urgentes de información sensible. También es importante verificar siempre la autenticidad de los contactos antes de proporcionar cualquier tipo de dato.

Algunas medidas concretas incluyen:

  • No hacer clic en enlaces o adjuntos de correos desconocidos.
  • Verificar la identidad de las personas antes de proporcionar información.
  • Usar autenticación de dos factores (2FA) para proteger cuentas sensibles.
  • Informar a los responsables de ciberseguridad cuando se detecte una actividad sospechosa.

El futuro de la ingeniería social en la ciberseguridad

A medida que la tecnología avanza, los atacantes también evolucionan sus técnicas. La ingeniería social está cada vez más sofisticada, con ataques personalizados y basados en inteligencia artificial. Por ejemplo, ya existen herramientas que pueden generar llamadas automáticas con voces sintéticas que imitan a personas reales, lo que dificulta aún más la detección.

En el futuro, se espera que la ciberseguridad se enfoque más en la protección del usuario final, no solo en la protección del sistema. Esto incluirá el desarrollo de herramientas que ayuden a los usuarios a identificar y bloquear automáticamente mensajes sospechosos, así como la implementación de sistemas de verificación más seguros y fáciles de usar.